Todo salió bien. La cena, el vino, el postre, pero sobre todo ella. Una noche que repetiría mil veces, repetiría todo hasta la cena. Pero ya fue, ya amaneció y se acerca el momento de la verdad. Viene la típica pregunta, la que acaba con la magia. La que ha hecho que ninguna se repita. Solo pasaron 20 min desde que ella abrió los ojos y lanzó la pregunta. Era obvio, no sé porqué me sorprendió. Sudé frío, pero hacer de tripas corazón y mirándola a los ojos le dije “Perdón, pero no. Yo hago ayuno intermitente, solo ceno. Literalmente no tengo nada para hacer desayuno, si quieres salimos a comer por allí”. Las RRSS engañan y engañan mucho. 

Algunas veces me arrepiento, solo algunas. Porque creo que cocinar es una muestra de amor. Y no es que estaba locamente enamorado de ella. Lo más seguro es que tener o no tener desayuno no cambiaría nada, sería la última vez que nos veríamos sin ropa. Pero si hubiese sido bonito cocinarle algo. Pero a veces me arrepiento, otras no. Si amaneciste en mi casa y había desayuno, siéntete privilegiada. No fue casualidad. 

Muchos amigos me perdieron la fe. Se cansaron de pedirme que les cocine. Es difícil. En verdad la mayoría de ellos merecen cenas a 7 tiempos. Hay días que me provoca cocinarles a todos, otros no tanto. Hay un poco falso impostor, hay un poco de expectativas vs realidad y hay un poco de todo. Mi relación con la cocina es complicada, mi relación con las personas también. 

Lo siento si llegaste hasta aquí esperando un cambio de rumbo. Que este era un post revelador. Donde terminaba con “yo soy el arquitecto de mi destino”, donde todo iba a cambiar porque mañana era el primer día del resto de mi vida, donde iba abrir agenda y recuperar todos los desayunos pendientes. Nada de eso. No va a pasar. Tampoco era un post para piropear a las chicas que les hice desayuno, ellas no necesitan leerlo. Ya lo saben. 

Cocinar es la mayor muestra de amor. Si alguna vez te cociné siéntete especial. Aunque lo haya hecho de mala gana lo hice con cariño. Si sabes que te quiero, pero nunca te he cocinado. Creeme que he tenido la intención, y la intención es lo único que cuenta. 

Texto corregido por keilyn

Otras entradas: