La panadería siempre ha sido mi archienemiga y es que hacer pan es fácil, controlar el resultado no. Si uno quiere dominar los alvéolos, la textura y la acidez hay que tener mucho conocimiento y técnica. Tenía rato investigando sobre este mundo, pero fue en el confinamiento que decidí enfrentarme a la práctica. Compré un saco de 24 kilos de harina, olla, racks, guantes y tomé clases con La Pausa del Placer

Cuando me antojo de aprender me dedico a investigar, leo y luego me pongo a cocinar hasta tener buenos resultados. Quizás sabe rico y está presentable, pero vuelvo a repetir para probar otras técnicas. Porque no es seguir una receta, es entender el proceso. Entonces siempre estoy inventando y ensayando. 

En mis idas al mercado es raro que regrese con pan, a menos que sea para una preparación específica. Entonces imaginen la escena. Encerrado y queriendo dominar el arte del gluten. Hice kilos y kilos, más de lo que podía consumir. Cada vez que hablaba con alguien lo invitaba a buscar pan, parecía una panadería. 

Los únicos comentarios negativos vinieron de mi y está bien, porque sé lo que estaba buscando, lo que quería alcanzar. Pero los peores comentarios de mis amigos eran los que venían llenos de una positividad tóxica. “Dedícate a la panadería, tú puedes hacerlo”, “deberías venderlos”, “no te pongas límites, emprende” Estamos en la era donde todo es posible, solo tienes que soñar. Sí, quizás si me dedico arduamente puedo mejorar mucho y tener un pan mercadeable ¿pero en verdad voy a poder vivir de eso? ¿Como hago para mantenerme mientras intento aprender un nuevo oficio?¿En verdad es algo que me apasiona o es solo una etapa?  Está bien que impulsemos a nuestros amigos a mejorar, pero esos consejos de “sigue tus sueños” con poco fundamento pueden ser un desastre. ¿En verdad llevan a un mejor lugar o es un camino de ilusiones que termina en un barranco?

Es común ver a emprendedores, cocineros, artistas, músicos… llenos de esperanzas porque sus allegados no fueron capaces de decirle la verdad. No querían lastimarlos, pero los incentivan a entrar a un mercado donde no lo van a lograr. Si un amigo, familiar o tu pareja te pide tu opinión sobre una idea para un negocio, lo mejor que puedes hacer es ser sincero. Basta de mentiras piadosas. Y no solo con el producto, sino con todo lo que implica mantener un negocio. ¿Esta persona puede emprender? ¿Tiene disciplina? ¿El producto es bueno o solo te gusta a ti? ¿Tiene un plan de trabajo para afrontar un cambio de rubro? Hay personas que tienen muchas inseguridades y un mal consejo los puede llevar por un camino incorrecto. Hay personas que sí merecen dejar su trabajo y dedicarse a lo que los apasiona. Hay personas con cualidades impresionantes, pero que no tienen las herramientas para vivir de ellas. Seamos sinceros y aconsejemos bien. Entendamos la diferencia entre un futuro emprendedor y alguien que puede tener un hobby que genere ingresos. 

Texto corregido por Keilyn

Comentarios

  • Ana Rojas

    Hermoso!!!! Emprender siempre es difícil!!! Pero tienes que tener conocimiento de lo que vas a realizar y es muy importante estar actualizado y manejar técnicas que faciliten tu operatividad a la hora de hacer producción. Gracias por elegirme para enseñarte este camino tan maravilloso del pan!! ☺️🤗

    • Eltarta

      Gracias a ti!

  • Angela

    Ser sincero es la base de muchas cosas…que lindas fotos y preciosos resultados…falta la degustacion jajajajaja

    • Eltarta

      gracias! ya lo probaras!

  • Dani

    He tenido la suerte de probarlos, los ricos y los ….no tanto y como dicen más arriba, si, la sinceridad desde el cariño, aunque aveces duele al principio, ayuda y mucho! Felicidades por el blog!

  • El mercadeo de la gran pantalla – El Tarta

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