Son las 10:00am van dos litros de agua y la resequedad todavía no se va. Cocinar implica bajar el reciclaje. Desventajas de que la pasión por el vino sea más grande que mi cocina. El hambre puede esperar. Vuelvo a la cama, no le tengo que cocinar a nadie. Poco a poco logro dominar mi cabeza, poco a poco voy conciliando el sueño. El ringtone de mi celular se roba mis intenciones de dormir, pero valió la pena. La batiseñal fue clara, precisa y necesaria: Brunch. 

Para mi el brunch es la orgía de los desayunos. Más que la hora en que se come, me importa más que sea un festín con muchos platos y donde todos le echen mano a todo. Mucha variedad. Algo dulce, algo salado. Algo que puede ser un postre, algo que puede ser un principal. Por eso los bruch tienen que ser con muchos. Entre dos es aburrido. Uno quiere echar mano en varios platos a la vez, para comer entre dos nos quedamos en casa. 

En los últimos años este tipo de desayuno ha tomado mucho mercado. Algunos con ofertas de dudosa reputación. En la mayoría de los casos, pedir un menú dirigido de brunch es una estafa. Por una alta suma de dinero te entregan 5 platos, un jugo y un café. Cuando llega el camarero, viene con la comida y con una ración extra grande de decepción. El plato que te sedujo es el más pequeño y escaso de todos. Dos de los cinco son puro pan. El cuarto es el plato que nunca sale, pero el restaurante está intentando mercadear. 

Hoy en día estamos locos con los números grandes. Necesitamos miles de seguidores en redes sin importar la calidad o la necesidad, solo queremos cantidad.  He visto emprendedores matándose para estar en tendencia, para tener reels exitosos, con muchísima interacción. ¿Pero es la estrategía correcta?  Ok, le llegaste a 20 mil personas ¿cuántos de estos pueden comprar tu producto? ¿sienten interés por lo que vendes? ¿están en tu país? ¿Cuánto tiempo perdiste en esta campaña? 

Las redes son un arma de doble filo. No exigen un ritmo que un emprendedor o una empresa pequeña no puedan aguantar. Todo esto para llegar a millones de personas que tienen cero interés en nuestro producto y que muchas veces no pueden consumir lo que vendemos, porque no es el target o no están en el país. Hagamos estrategias efectivas. Olvidemos las redes con miles de seguidores y pensemos en la comunidad pequeña pero fiel. Siempre es mejor tener una mesa donde nosotros escojamos los platos que queremos comer, a que un tercero nos llene de preparaciones que no queremos. 

Texto editado por Keilyn