Las redes mienten. Pizza, cervezas artesanal, helado, donas, vino y asado, son los sospechosos habituales de mi feed. Es raro que por lo menos una vez a la semana una de estas preparaciones no aparezcan en mis redes sociales. La gente jura que esa es mi comida 24/7 y no es así. Las redes mienten, nosotros mentimos.
Desde chico yo siempre escuche varios géneros musicales. Se puede decir que mi mayor influencia es el punk, pero igual siempre escuché salsa, merengue, pop, boleros, etc. Rara vez me identifico con un solo estilo. Pero esto solo aplica para mi. Porque al reunirnos con amigos y conocidos siempre empiezan con “voy a poner una banda que no te va a gustar. Es que tu solo escuchas punk” y es divertido porque aunque abiertamente digo que soy fan de la banda, que tengo discos y que la recomendé en RRSS para ellos no la escucho. Porque soy punk. Pasa lo mismo con la comida, el estilo de vida y las estupideces. No importa lo que uno haga, siempre te van a encasillar por pequeños aspectos de tu vida.
Mi trabajo siempre invita a comer. Todo está relacionado con la comida. Tengo una empresa de estrategias y conceptos para gastronomía. Tiene sentido que pase todo el día hablando y viviendo de comida. Pero detrás hay una realidad, que al igual que mi gusto por las Spice Girls, no importa cuantas veces la nombre, la gente no lo retiene.
Mi abuela es nutricionista, especialista en crecimiento y desarrollo y al verme, apenas con unos meses de vida, dijo “Ele sufre de la tiroides”. Cuando llegó el momento de los exámenes demostraron que ella no estaba equivocada. Este resultado hizo que mi vida cambiara. Desde los 15 hasta los 25 despertaba con un cóctel de pastillas, dieta, nutricionistas, exámenes de sangre anuales, etc. Hoy en día la cosa cambió, encontré el camino del señor y por un milagro dejé de tomarlas. Hallé el camino del deporte.
Siempre me ha gustado el deporte, pero nunca fui constante. En un momento un amigo me recomendó el Crossfit. Fui a una clase de prueba, morí pero me inscribí. Dos veces a la semana. A los 15 días cambié el plan. Iba todos los días. Nunca fue un tema de “quiero verme bien”. Era mi punto de fuga, anti estrés, A los 6 meses de estar entrenando la nutricionista me dice “si sigues entrenando así puedes dejar de tomar las pastillas para la hipertiroidismo”. Más nunca dejé de entrenar. En verdad el cambio puede ser muy drástico. Una vez una chica con la que salía me dijo que me quería regalar ropa porque solo tengo 3 franelas negras, una gris y una vinotinto. Pero la verdad es que de cada color tengo 3 franelas y esas 9 camisas las tengo en L y en XL. Porque si paro de entrenar unas semanas me descontrolo. Soy un gordo en pausa.
En cuanto a la comida que pongo pero no quieren ver. Yo una vez al mes preparo carne, pollo, vegetales sancochados y lentejas. Las congelo en porciones, pesadas para cada día. Esa es mi comida. Comida rica y sana. Muy monótona. Por eso cuando me toca cocinarla o me provoca comer algo en específico, le pongo mucho corazón.
Es muy fácil crear matrices de opinión con las redes sociales. Uno genera una idea y la engorda, uno solo sin ayuda de nadie. ¿Cuántas veces al día vemos el celular? Los dos primeros resultados que lanza google son 80 y 142. Ves el celular 141 veces y no pasa nada, pero en la 142 son las 11:11 MAGIA. Pedimos un deseo, porque solo veo el celular cuando son las 11:11. Estamos condicionados. Sembramos una idea en la cabeza y aunque estemos 141 contra 1 la seguimos regando.
Editado por Keilyn