La industria de la comida rápida nos ha enseñado que la compañía siempre es mejor. En varios aspectos. Una hamburguesa sin acompañante no tiene sentido; es mejor que no venga sola, es más económico comprar un combo y sobre todo, que ir a comer es toda una experiencia que se vive mejor cuando uno está entre amigos. Pero ¿qué pasa cuando uno quiere disfrutar de la soledad y unas papas fritas? ¿Pides un combo para no gastar de más? ¿te comes la hamburguesa aunque no tengas tanta hambre? ¿Te sientas solo para que te vean como el bicho raro? lo más seguro es que terminas quedándote con el antojo de las papas fritas o con el de estar a solas. 

Mientras que para la industria alimentaria la soledad de un producto es una pérdida económica, para la sociedad un individuo solo es una alarma. Es sinónimo de depresión, suicidios, fracaso, problemas… En algunos casos puede aplicar, pero no siempre es así. Hay que quitarnos ese tabú.

Socialmente es difícil. La gente se preocupa de más cuando ven a un soltero. Dan tips, te quieren presentar gente o te hacen emboscadas para emparejarte. Si vemos la soledad como un fracaso pasan grandes accidentes. Es normal que la gente quiera estar sola un rato. Más bien, es necesario. Pero no lo entendemos. Por eso es común ver relaciones autoimpuestas. Parejas que duran años porque se obligan a mantener esos lazos. No son felices pero prefieren estar con alguien con tal de no estar solos o parecer un fracasado. En la mayoría de los casos se quedan allí por falta de autoestima, de seguridad o por conformismo. Mantener la relación por miedo de no tener las cualidades para encontrar a alguien mejor, es común. Creo que es algo que todos vivimos, algunos lo vivimos de jóvenes para no ser el único sin novia, mientras otros ya van por segundo hijo con el “peor es nada”. 

Este post empezó porque el 25 de diciembre puse una historia con este texto “Un abrazo a todas esas personas que andan en una relación de mierda, donde todo es un peo, maltratos y descuido, pero que hoy amanecieron felices porque al fin su pareja compartió una historia donde salen los dos. Que viva el amor y las migajas de cariño. Recuerden, no importa lo que sientan, lo único que vale son las apariencias” Me tildaron de grinch, de que solo quiero ver el mundo arder y que detesto el amor. Creo que es todo lo contrario. Yo si creo en el amor, me gusta lo que levanta pasión, las muestras de cariño, los detalles y las relaciones bonitas. No me gustan las cosas que son obligadas o autoimpuestas, el querer aparentar y que la gente sufra en silencio. 

Forzar una relación es sumamente egoísta, para las dos personas. No entiendo porque a la gente le encanta ponerse en situaciones incómodas. Uno tiene que estar con gente que lo ayude a avanzar. Ojo: Sí creo en el amor, pero no en las relaciones perfectas ni en el amor mágico.Todos tenemos defectos, problemas y demonios. Es imposible esconderlos y que todo funcione. Una relación consiste en dos personas trabajando juntas para que las cosas funcionen. Hay que hacer que las piezas engranen. Pero para estar bien en una relación hay que aprender a estar solos. Cuando uno acepta su soledad y la disfruta entiende muchas cosas. Seamos una sociedad donde es normal sentarse solo a comer papas fritas